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Las mujeres de Grado se doctoran al volante

Javier Alonso Navarro - Noticia - 30/03/2010 00:00


Mujer, mayor de 40 y trabajadora por necesidad. Este colectivo es el que ayuda a remontar el número de matrículas en las autoescuelas de GRADO , que en el último año ha caído en torno al 40% por la crisis.

Y curiosamente, también es la crisis la que está poniendo remedio a este descenso con la llegada de féminas que requieren de un vehículo para incorporarse al mercado laboral en unos momentos económicos poco halagüeños.

"Con la crisis se vuelve a hace décadas", explica Miguel Menéndez, de la Autoescuela La Flor de GRADO. "Desde hace dos años notamos que hay un 15% más de matrículas de gente que ya ha cumplido los 40 y que, quizás por temas laborales en estos momentos de crisis, necesita carnet de conducir".Son, sobre todo, mosconas que se incoporan por primera vez al mundo laboral.

Además, la situación económica actual provoca que los alumnos dejen transcurrir un tiempo entre el teórico y el práctico, así como el retraso de la edad para obtener el permiso de conducir, que ya se considera un bien "prescindible".

"Ahora lo frecuente es acudir a la autoescuela superados los 20 años, y no con 18 años recién cumplidos como antes", indica Miguel Menéndez. "Los jóvenes se matriculan cuando finalizan sus estudios universitarios, justo antes de empezar a trabajar", prosigue.

Y, en el caso de las chicas, prevalece "la necesidad sobre la afición". "Las jóvenes quieren el carnet porque es necesario para conseguir un empleo o porque su padre insiste en que lo saquen", comenta.

En cambio, en términos generales, ellos "deciden obtener el permiso de conducir porque les gusta; por diversión". Quizás en esta diferencia de motivos está la explicación de por qué a las mujeres mosconas les resulta más complicado que a los varones superar el examen práctico.

"De 100 hombres que se examinan, como mucho no pasan la prueba 10; mientras que de 100 mujeres pueden suspender unas 30", explica el propietario de la Autoescuela La Flor. Y eso a pesar del número de clases prácticas.

"En igualdad de condiciones, es decir, si ninguno de los alumnos ha cogido nunca un coche, es frecuente que una mujer necesite entre 10 y 20 clases prácticas más que un hombre", destaca.

Pero aunque no gozen de las mismas habilidades al volante que los caballeros, ellas demuestran unas facultades superiores a las de los hombres al enfrentarse al teórico. "Ellas son más constantes y ellos más vagos, se cansan de hacer test", dice Menéndez.

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