Los mercados de antes en Grado, eran muy buenos,
sin duda los mejores de Asturias, porque
ofrecíamos mucha calidad y en mucha abundancia, para conseguir eso se trabajaba mucho y a diario durante la semana.
Gran parte de las familias de Grado,
sobretodo de los pueblos como el mío
de Castañedo, se dedicaban a trabajar la tierra, para vender luego sus
productos en el mercado Moscón, ya que
era el único medio que teníamos, para
mantener nuestras familias para poder comer.
En Grado no había tampoco muchas fabricas para trabajar, solo se
limitaba a una media docena de sierras, carpinterías o la famosa fabrica de zapatillas “LA MOSCONA”.
No había casi sitio para
plantar las hortalizas, incluso a
veces hasta los caminos los aprovechábamos para plantar productos. Yo trabajaba a diario durante 10, incluso
hasta 12 horas todos los días y solo estábamos esperando como agua de mayo que llegaran los dos días de mercado, porque eran las dos veces, que podíamos bajar a la villa de Grado.
Antes solo se vendían
a por mayor, sobretodo para tiendas por
lo que era muy rentable el madrugar, para vender nuestros productos en el mercado
de Grado. Ahora en el mercado la gente
solo compra para gastos de la casa.
Había días que sacábamos 500, 1.000 y hasta 2.000 pesetas de las de
antes. Antes a los mercados de Grado incluso, venían camiones de fuera de
Asturias: Madrid, Zaragoza,
Andalucía para cargar productos como: vainillas, espinacas, puerros, castañas, repollos,
tomates, pimientos, patatas, y toda clase de hortalizas.
Luis tiene muy
grandes recuerdos de las grandes ferias, que también se celebraban en aquella
época, en Grado, mención especial tiene para una: (La feria de San Simon, del 28 de octubre), era la mejor feria sin duda de la villa. Grado se convertía en una auténtica
concentración de gente, donde los comercios no daban abasto a vender, sobretodo
comidas, mención especial hace Luis de “LA FONDA LA CLOYA, Y LA
FONDA LA ESTRELLA”.
Venían gente de los
concejos de alta montaña como: (Belmonte,
Somiedo, Proaza, Teverga, o Yermes y Tameza) para aprovisionarse de cara al
invierno.Compraban: comida,
aperos y ropa especialmente. Lo que tenía
mucho éxito era comprar: navajas, botas, mantas, jamones y calcetines de lana, que venían desde Castilla
y León, expresamente a venderlos.
También había otras ferias importantes de
ganado en Grado “ los praos, y la caída" donde se celebraban en el antiguo mercado de
ganados y que también traían mucha
gente, pero tenia mas éxito siempre la
feria de la caída, porque tenia mucho mas ganado.
Luis lamenta que desde hace ya algunos años, esta tradición de
trabajar y vender en los mercados se esta acabando, aunque la entiendo "porque hoy en día con los adelantos que hay,
también me gustaría si tuviera hijos que primero se dedicaran a estudiar. Antes era un trabajo muy esclavizo, "trabajábamos
entre 10 y 12 horas diarias y para traer la mercancía, echábamos los
sacos al hombro que a veces llegaban a
pesar hasta 100 Kg". También cestos que pesaban
40 Kg , además incluso había veces que teníamos que llevar, sacos de abono de 100 Kg para abonar los
praos, "los llevábamos desde la farmacia Miranda , hasta donde hoy esta ubicado el repetidor de Picaroso y todo el trayecto caminando entre piedras".
En la rutina
de los mercados Luis, hacia siempre lo
mismo “ me levantaba sobre las 5 de la
mañana por la cuenta que me traía, había veces que mis padres me sacaban de la cama si no salía, para
cortar la mercancía sobre la rociada,
antes de que saliera el sol, para que estuviera fresca para venderla” .
Luis nos comenta que hubo una temporada que la mercancía, la dejábamos un día antes es decir la víspera
a los
mercados, debido a que había veces que no podíamos entrar para montar nuestro puesto, por culpa de la gente y coches. La dejábamos ahí en la plaza sola y nunca
nos falto nada.
Como anécdotas Luis nos
comentan unas cuantas : en los 60 años que hice el mismo recorrido entre
Castañedo, y el mercado, me pararon dos veces la Guardia Civil por no llevar
luz y ha raíz de eso, venia siempre con una linterna en la mano, acompañado de mi burro y el carro .
También se acuerda como anécdota que, los vecinos de
Prahua, y Yabayos al ver que,
nosotros sacábamos bastante dinero de ventas, ellos entonces fueron los últimos, en unirse también
para vender.
Recuerdo que, empezaron
a bajar la mercancía en
bueyes y carros de vacas cargaos de repollos, había veces que pasaban
de 300 repollos, y luego ya empezarón a
traer más variedad de productos.
También Luis se
acuerda de mas anécdotas, nos comenta que
"era digno de ver cuando llegaba el tren
del Vasco, a las 9:30 de la mañana ha Grado, aquello cuando bajaban del tren, parecía un ejercito de tanta gente a
sus paso por el puente de Grado, uno tras de otro". Muchos de ellos se
quedaban en Castañedo a dormir, o en las
fondas que había en Grado, porque no tenían muy buena
combinación para luego irse.
Otras anécdotas Luis
nos comenta que muchos ganaderos, venían con sus animales a
Grado caminando, desde lugares como Salcedo a 27
Km. de distancia. Tenían que salir dos días antes, para que el animal luego
estuviera presentable y descansado para
el miércoles, porque no había transportes
para llevarlos como ahora.
También desde Aviles,
Gozón recuerdo venían en “carros de xarre “ tirados por bueyes, para comprar ganado vacuno, también Luis se acuerda de "un olor especial que siempre te daba al entrar, al parque de abajo, era el olor a
las fresas que traíamos a vender, desde
Castañedo, y Candamo se vendían muchísimas,” .
Recuerdo también, en los días de verano, teníamos
que dar agua a los vecinos que bajaban, desde la Mortera, Picaroso y otros
pueblos, para comprar el pan a diario en Grado para poder
desayunar “llegaban agotados del
calor y de caminar, también mujeres que
bajaban la leche desde Picaroso, con un
peso de entre 4 y 5 Kg.
cada lechera, por el monte entre caminos
todos empedrados”