Una moscona, condenada al pago de 300 euros por vejar a una pareja gay
Javier Alonso Navarro - Sucesos - 11/11/2010 07:11
La Nueva España: A. E. G., la moscona denunciada por una pareja de homosexuales por
vejaciones e insultos, ha sido condenada por el Juzgado de instrucción
número 1 de Grado al pago de 300 euros por una falta de vejaciones.
El conflicto se inició en junio, cuando A. E. G. acudió como
testigo al juicio derivado de la denuncia de una vecina de la pareja gay
contra ésta por tocarle el timbre reiteradamente y provocarle otras
molestias.
En el citado juicio, uno de los miembros de la pareja, S. V., había
advertido que A. E. G. había aportado una fotografía en la que aparecía
el joven en ropa interior dentro de su domicilio. La persona que se
ocupa de la limpieza del piso de alquiler de la pareja también aseguró
haber visto a la condenada hacer fotografías a S. V. mientras tendía la
ropa.
A. E. G., por su parte, alegó que las fotografías aportadas «son
las de la maceta con la planta que los jóvenes tenían colgada en la
terraza y que era un peligro para los vecinos del bloque».
La acusación particular solicitaba una multa de 1.500 euros,
mientras la defensa pedía la absolución. Albina Flórez, la abogada de la
pareja, asegura que sus clientes «están muy contentos con la sentencia y
esperan que sirva para poner punto y final a la situación de insultos y
amenazas que padecían en su propia casa».
Sobre A. E. G. pesa otra denuncia de S. V. por el supuesto
bofetón que le habría propinado el pasado 13 de octubre en el portal de
su edificio, al que la pareja de gays había acudido, según su versión,
para tratar unos asuntos con el presidente de la comunidad. De momento,
no hay fecha fijada para la celebración de este nuevo juicio.
En los últimos meses la tensión entre las partes ha ido en
aumento. «¡Ya está aquí la mariquita!» y «¡qué asco de maricones!» son,
según S. V., algunos de los ataques verbales que la pareja ha sufrido
por parte de su vecina, algo que ella niega. El joven aseguró que en
casa de la acusada se escucharon en varias ocasiones canciones con
contenido homófobo. Por su parte, A. E. G. insistió en el juicio en que
«ellos son los que me siguen por el mercado y vienen a sentarse a mi
lado cuando estoy en una cafetería. Llevo 28 años viviviendo en la misma casa y no había tenido un solo problema».
Fuente de información La Nueva España