NOTA DE PRENSA – RECOGIDA DE FIRMAS PARA IMPONER A UNA CALLE DE LA VILLA DE GRADO EL NOMBRE DE FRANCISCO GONZÁLEZ ARECHAGA
Grado, 25 de Enero de2019.
Paco Aréchaga, como habitualmente se le conoce, merece ya un reconocimiento oficial a todo su trabajo como
médico rural durante tantos años, comenzando en
1964 en la comarca de
Alfoz de Salceo y zonas colindantes,
Rodiles, Pereda, Rubiano, y en todo el municipio de
Yernes y Tameza.
Ejerció este trabajo en la zona rural
en condiciones muy adversas, sin carreteras ni medios de transporte
adecuados para poder desplazarse con rapidez y en una condiciones
mínimamente seguras para visitar a tantos pacientes de esta zona rural.
Comenzó sus desplazamientos en los años 60 con una bicicleta Orbea, posteriormente con una moto Lambreta y muchos tramos en los que no había carreteras para llegar a los pacientes, los hacia a pie.
A partir de la década de los 80 y hasta su jubilación en 2006, fue titular del Primer Distrito de Grado, primero en el Ambulatorio y después en el Centro de Salud.
También hizo sustituciones en los municipios de Candamo y Las Regueras; y durante muchos años ejerció de médico forense en el Partido Judicial de Grado.
Creemos que hay sobrados méritos para que se atienda nuestra petición, que va respaldada por la mayoría de las asociaciones de vecinos, socioculturales y deportivas del concejo.
Desde el Partido Popular de Grado,
queremos hacer explícito nuestro más sincero agradecimiento a todas
estas asociaciones que desde el primer momento que les comentábamos el
tema, aceptaban firmar sin ningún tipo de reparo, algunos de los
responsables nos decían “Para Paco (Aréchaga) lo que queráis”.
Durante estos días de recogida de firmas, pudimos constatar el gran cariño que la mayoría de los moscones sienten por Paco.
Como Presidente del Partido Popular de Grado y, más como amigo que me considero de Paco, quiero también poner de relieve que, a parte de su valía profesional largamente demostrada, Paco es una persona enamorada del concejo de Grado y que tiene un amplísimo conocimiento de la historia y de la cultura moscona.
Para
mí es un gran placer cada vez que coincido con él en alguna cafetería y
me habla de ermitas rurales y de otros elementos de la villa con
interés histórico cuya relevancia muchas veces se desconoce, por citar
alguno de ellos, lamenta que no se recupere el rollo de justicia que
hasta el siglo XIX estuvo emplazado en la plaza del mercado de Grado y
encontrado hace un año en el Charcón, o también que siga tirada en un prao de Peñaflor la fuente que se desmontó de la recta de Peñaflor cuando se hicieron los nuevos viales.
61 Asociaciones firmaron, la gran mayoría.
Agradecemos desde el Partido Popular de Grado esta colaboración de las Asociaciones.
José Manuel Puene Martínez Ex Presidente del Partido Popular de Grado
“Don Paco.....¿Qué hay pa las avaricias?” Esta es solo una de las muchas anécdotas con pacientes que atesora en su memoria el Dr. Francisco Gonzá-lez Aréchaga, médico de Grado muy querido por todos los vecinos.
Nació en Oviedo en el año 1936 y al poco tiempo se desplazó con su familia a Sandiche, un pueblo de Candamo, en el que vivían sus abuelos, recién llegados entonces de “Vascongadas” coincidiendo con la inauguración del ferrocarril vasco-asturiano.
Residieron durante aquellos años en el apeadero de Sandiche, una construcción que imitaba a un caserío vasco. La familia vivía entre Grado y el pueblo de Sandiche.
Estudió el primer año de carrera en Oviedo. Luego se fue a estudiar a la Universidad de Salamanca.Vivió en pensiones y en el Colegio Mayor Uni-versitario San Miguel.
“Los asturianos que estudiaban medicina se matriculaban en Santiago y Valladolid. Aquel año fuimos doce asturianos a estudiar Medicina a Salamanca.
Emilio Vallina Álvarez, que fue como un hermano para mí, y que fue profesor de medicina interna; Feliciano Álvarez de Linera, cirujano torácico; Reinerio Rodríguez, jefe de Oncología Radioterápica del Hospital General de Asturias; y Rafael Pola, Juan Manuel Peroti e Ignacio Fernández Carrocera, entre otros.
Conserva muchísimas vivencias de su etapa de estudiante en Salamanca, a la que considera su segunda patria.
Recuerda al pie de la letra la frase de Cervantes en su obra Licenciado Vidriera “Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”.
Salamanca “era una ciudad pequeña y con mucha vida por la cantidad de chavales que estudiábamos allí”, indica.
El Dr. Francisco González Aréchaga se especializó en medicina de familia y comunitaria.
“Lo que más me gusta es la medicina rural, que es la que ejercí y que ya no existe tal como la conocí en mis primeros años.
Esto lo achaco a dos razones: La primera, positiva, a los avances en la medicina y la asistencial, con la creación de hospitales y centros de salud, la construcción de carreteras y la llegada del teléfono.
La segunda, y más negativa, al abandono de los pueblos. Hoy en día los pueblos están prácticamente vacíos”, recuerda.
De su etapa como médico rural resalta con especial cariño la confianza que los pacientes tenían con ellos.
Afirma que “nos tenían como consejeros".
Una señora de unas casas aisladas conocidas como Campiello que se llamaba Esperanza, me llamó con prisa para que fuera a su casa y me pidió que le tomara la tensión. Cuando entramos en la casa me dijo que en el armario tenía un bolsillo y que sacara el dinero que había dentro.
Saqué unas 70.000 pesetas. Me pidió que las ingresara en el Banco Herrero porque ella tenía que ir a Oviedo a operarse de cataratas.
Esa confianza me emocionó muchísimo”.
En aquellos años “trabajaban de médicos rurales en Grado los Dres. Francisco Crego, Carlos Rodríguez Vázquez, José Bueno y Fidel Fernán-dez, entre otros.
Mis primeros años como médico me desplazaba de pueblo en pueblo en bicicleta, más tarde en Lambretta y finalmente en coche.
El Dr. Fernando Villabella, médico rural de Grado, iba a todos los sitios a caballo”.
Durante su etapa como médico rural “iba todos los días a San Pedro y allí recibía los avisos.
Todos los martes iba a Restiello, parando en los pueblos. No había carreteras. Los jueves iba a Las Villas y también paraba en los pueblos de alrededor”.
Asegura que la medicina actual “tiene más avances que la que practicábamos nosotros, pero el trato humano era más cercano el de nuestra época.
Ahora está el ordenador, que es el que manda en las consultas”.
También trabajó como médico forense durante un tiempo para el Juzgado de Grado, primero como sustituto y luego como forense en funciones.
Cuando se inauguró el Centro de Salud, por incompatibilidad se vio obligado a cesar el cargo.
Recuerda que en aquella época las autopsias se hacían en una sala del propio cementerio con material muy rudimentario y en Grado fueron muy frecuentes los suicidios por ahorcamiento.
Su receta para mantenerse activo consiste en caminar y cuidar la huerta que tiene en el pueblo de Sandiche.
Siempre fue un gran aficionado a la montaña. Conoce “al dedillo” los montes de Somiedo, que recorrió uno a uno junto a su gran amigo Vicente Quirós, maestro. Tras su fallecimiento dejó de ir al monte.
Se declara también gran amante de los libros de historia.
Asegura que uno es médico toda la vida.
En su familia hay en la actualidad cinco médicos, entre primos y sobrinos.
Casado desde hace 42 años con Josefina, conocida por todos como Mamy, tiene dos hijos, Armando y Covadonga.
Está encantado y disfrutando mucho con su nieta Victoria, que es el juguete de la casa.
“Los tiempos han cambiado mucho”, afirma.
Antes en la consulta “los señores sin preparación alguna venían con la boina y se la quitaba al entrar. Luego llegaban los chavales, con la gorra al revés, y me decían: Tengo un catarro de la hos.... Ese catarro no lo conozco, les respondía siempre”.
El buen hacer y el cariño que despertó en los vecinos de Grado y sus numerosos pueblos la fi gura del Dr. Francisco González Aréchaga, le ha hecho merecedor de numerosos reconocimientos de los que se muestra muy satisfecho.
En Salcedo y los Vios, todos quieren a Aréchaga
En
una publicación de la revista del Colegio Oficial de Médicos de
Asturias se deja constancia de que D. Francisco González Aréchaga, ha
sido el mejor Médico de familia, desde que los presentes tienen uso de
razón y lo que siempre ha sido comentado por los ausentes.
Por
todo ello, le damos las gracias por su profesionalidad y humanidad a lo
largo de tantos años de conviviencia con todos nosotros y con nuestros
antepasados.
Rocio Ruiz Bonito reportaje. Me parece muy bien que pongan una calle a su nombre
Blanca Areces Sanchez Me
alegra que esté médico tan moscón y tan nuestro, tenga un
reconocimiento en vida y que lo pueda disfrutar junto a toda su familia y
amigos, mis felicitaciones para el y todos los suyos, y gracias a ti Javier por hacernos partícipes de una entrevista tan guapa y entrañable ...
Conchita Alvarez Enhorabuena Don Paco!!! Nuestro médico del pueblo. Gracias Javi.