El concurso para la reforma del
cementerio de
Grado, un ambicioso proyecto valorado en
310.000 euros, ha quedado desierto. Solamente una empresa se presentó a la licitación, con una oferta de
265.425 euros, pero no se llevó la adjudicación porque no presentó los
documentos exigibles por la Ley de Contratos.
Noticia
El Ayuntamiento volverá a sacar a concurso la obra, valorada en 310.000 euros, para mejorar
El concurso para la reforma del cementerio de Grado, un ambicioso
proyecto valorado en 310.000 euros, ha quedado desierto.
Solamente una
empresa se presentó a la licitación, con una oferta de 265.425 euros,
pero no se llevó la adjudicación porque no presentó los documentos
exigibles por la Ley de Contratos.
El equipo de gobierno
moscón, no obstante, se niega a desistir. «Ahora lo tienen que
replantear, pero vamos a volver a sacarlo.
Lo que pasa es que se
retrasa», declaró el concejal de Desarrollo Local, Plácido Rodríguez. La
obra es un compromiso electoral de IU.
El objetivo del
Ayuntamiento de Grado con esta reforma es acabar con los problemas de
humedades e inundaciones, frecuentes en el cementerio municipal.
Para
ello, es preciso pavimentar todas las calles de nuevo. Además, se quiere
ampliar su capacidad con cerca de seiscientos columbarios nuevos.
Juan
Carlos Sierra, el arquitecto que realizó el proyecto básico por 17.000
euros, explicó que se divide en tres ejes.
Por un lado, es preciso
actuar «en todas las calles, tanto a nivel de pavimentación como de
drenaje y evacuación de aguas pluviales», urbanizando, para evitar los
problemas actuales.
También, se ha de proceder a «prolongar el eje
central para comunicarlo con la zona norte», de forma que se facilite la
expansión futura de tumbas y nichos.
La tercera pata de la
remodelación es una plaza cubierta en la zona de entrada, en la que
habrá «una zona para estar» con bancos, «otra zona de columbarios y un
monumento a los represaliados del franquismo, para dignificar la Memoria
Histórica y que a su vez en un futuro puede servir de zona de osario», a
fin de que, cuando se produzcan exhumaciones y las familias lo deseen, o
aparezcan cuerpos que nadie reclame, posean «un sitio digno en el
cementerio municipal».
Este último espacio consistirá en «un pequeño
talud verde con pavimento de mármol blanco y una serie de cicatrices con
chapas de acero cortén», simbolizando las «cicatrices sin curar» de la
guerra civil.
La previsión anterior era comenzar las obras este mismo mes, para terminarlas en enero o febrero.